Salmo 8
1 Señor, Señor nuestro, ¡qué majestuoso es tu nombre en toda la tierra! Tú, cuya gloria se canta en el cielo.
2 De labios de niños y recién nacidos has establecido tu nombre como fortaleza a causa de tus adversarios, para acallar al enemigo y al vengativo.
3 Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí has puesto,
4 Yo os digo: ¿Qué es el hombre para que os preocupéis por él? ¿Y el hijo del hombre, para que te preocupes por él?
5 Sin embargo, lo has hecho un poco más pequeño que el seres celestiales y lo coronó de gloria y honor.
6 Lo has hecho soberano de las obras de tus manos; bajo sus pies lo has puesto todo:
7 todos los rebaños y manadas, y hasta los animales salvaje,
8 las aves del cielo, los peces del mar y todo lo que camina por los senderos de los mares.
9 Señor, Señor nuestro, ¡qué majestuoso es tu nombre en toda la tierra!
Comentario:
O Salmo 8 es un himno de alabanza a la majestad de Dios y a la dignidad humana. El salmista se maravilla de la grandeza de Dios cuando contempla la creaciónReconoce su gloria manifestada en los cielos y en la tierra. A pesar de la inmensidad del universo, el salmista se maravilla de que Dios se ocupe de los seres humanos, coronándolos de gloria y honor y dándoles dominio sobre toda la creación. Este Salmo nos recuerda la posición especial que Dios ha dado a la humanidad como corona de Su creación, haciendo hincapié en nuestra responsabilidad de cuidar y gobernar sabiamente la tierra. También nos invita a alabar la majestad de Dios, cuyo nombre resuena en toda la tierra, desde los labios de los niños hasta los confines del universo.