Lucas 4: Tentación y ministerio de Jesús

Si buscas información sobre el Nuevo Testamento Lucas 4, has llegado al lugar adecuado. Este capítulo de Biblia cuenta la historia de la tentación de Jesús en el desierto. Tras ser bautizado por John Bautista, Jesús fue conducido por el Espíritu del Señor al desierto, donde ayunó durante 40 días y fue tentado por el diablo.
Lucas 4 comienza con Jesús volviendo del Jordán, lleno del Espíritu Santo. Es llevado por el Espíritu al desierto, donde es tentado por el diablo durante 40 días. Durante este tiempo, Jesús no come nada y al final siente hambre. El diablo tienta a Jesús de varias maneras, pero Jesús resiste cada tentación y finalmente el diablo lo deja en paz.
En este capítulo también se relata la primera vez que Jesús predica en una sinagoga de Nazaret, donde lee un pasaje del libro de Isaías y anuncia que él es el cumplimiento de la profecía. La multitud queda impresionada por sus palabras, pero algunos de los líderes religiosos se indignan e intentan matarlo. Nuevo Testamento Lucas 4 es un relato fascinante e inspirador que muestra la fortaleza y la sabiduría de Jesús ante la adversidad.
El ministerio de Jesús en Nazaret
Cuando Jesús regresó a Nazaret, fue a la sinagoga el sábado, como era su costumbre. Durante el servicio, le invitaron a leer un pasaje de la Escritura. Abrió el rollo de Isaías y leyó el siguiente pasaje:
"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la Buena Nueva a los pobres. Me ha enviado a proclamar la libertad a los presos y la vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor." (Lucas 4:18-19)
Lectura de Isaías
Jesús cerró entonces el libro y declaró que la profecía de Isaías se había cumplido en aquel momento. Se refería a sí mismo como el Mesías prometido. Esta declaración escandalizó a los presentes en la sinagoga, que le conocían desde la infancia. Se preguntaban cómo podía ser el Mesías, ya que no era más que un carpintero corriente.
Rechazo en la sinagoga
Jesús sabía que los habitantes de Nazaret no lo aceptarían como Mesías, por eso les dijo: "Sin duda me citarán este proverbio: 'Médico, cúrate a ti mismo'; y añadirán: 'Haz aquí en tu tierra lo que hemos oído que hiciste en Cafarnaún'" (Lucas 4,23). Jesús sabía que querían ver milagros, pero no haría ninguno en aquel pueblo porque no creían en él.
El rechazo de Jesús en Nazaret muestra cómo la gracia de Dios no puede imponerse a nadie. Aunque Jesús vino a salvar a todos los hombres, no todos le aceptan. La profecía de Isaías se cumplió en Jesús, pero muchos no lo reconocieron como el Mesías.
Tentación en el desierto
Cuando leemos Lucas 4 en el Nuevo Testamento, nos encontramos con la historia de la tentación de Jesús en el desierto. Este pasaje es rico en detalles y nos enseña mucho sobre la naturaleza humana y divina de Jesús.
Los cuarenta días de ayuno
El pasaje comienza con Jesús siendo conducido por el Espíritu Santo al desierto después de ser bautizado en el río Jordán. Allí pasó cuarenta días ayunando y orando. Este período de ayuno y oración fue un tiempo de preparación para el ministerio que estaba por venir.
Los tres intentos del diablo
Al final de los cuarenta días, el Diablo apareció para tentar a Jesús. Tentó a Jesús tres veces, ofreciéndole cosas que podían satisfacer sus deseos carnales y mundanos. La primera tentación fue que Jesús convirtiera las piedras en pan. La segunda tentación fue ofrecer a Jesús todos los reinos del mundo a cambio de adoración. La tercera tentación fue que Jesús se arrojara desde lo alto del templo de Jerusalén y confiara en que los ángeles lo salvarían.
En cada una de estas tentaciones, Jesús respondió con sabiduría y resistió las tentaciones del Diablo. Citó las Escrituras y permaneció fiel a su propósito divino.
Esta historia nos enseña que la tentación es una parte inevitable de la vida, pero que podemos resistir a la tentación si nos atenemos a ella fiel a Dios y confiar en su sabiduría y guía.
Enseñanzas y milagros en Cafarnaún
Al llegar a Cafarnaún, Jesús comenzó a enseñar con gran autoridad, como se describe en Lucas 4,31-32. La gente se maravillaba de su enseñanza, pues hablaba como un santo de Dios. La gente se maravillaba de su enseñanza, porque hablaba como un santo de Dios. No necesitaba apelar a la sabiduría humana, porque hablaba directamente desde la sabiduría divina.
La autoridad de Jesús
La autoridad de Jesús era evidente en sus palabras y acciones. Expulsó un espíritu inmundo de un hombre en la sinagoga de Cafarnaún, como se describe en Lucas 4:33-37. La gente quedó impresionada por su autoridad sobre los espíritus malignos. La gente quedó impresionada por su autoridad sobre los espíritus malignos. Jesús también curó a muchas personas en Cafarnaúm, demostrando el poder del Reino de Dios.
Curación de enfermedades
Jesús curó a muchas personas en Cafarnaún, entre ellas a una mujer con fiebre, como se describe en Lucas 4:38-39. Simplemente le tocó la mano y la fiebre desapareció. Simplemente le tocó la mano y la fiebre desapareció. Le trajeron otros enfermos y endemoniados, y los curó a todos. La gente se maravillaba de su poder curativo y de su capacidad para expulsar demonios.
En resumen, las enseñanzas y milagros de Jesús en Cafarnaún demostraron su autoridad divina y el poder del Espíritu Santo. Curó muchas enfermedades y expulsó a muchos espíritus malignos, demostrando que era el Hijo de Dios. Su mensaje era sencillo y claro: el Reino de Dios estaba cerca y todos debían arrepentirse y creer en el Evangelio.
La misión de Jesús y su acogida
Al comienzo de su ministerio público, Jesús regresa a Galilea y es recibido con gran expectación y entusiasmo. Entra en la sinagoga de Nazaret, donde creció, y le entregan el libro de la profeta Isaías. Jesús lee el texto que habla de la unción del Espíritu Santo para anunciar la buena nueva a los pobres, curar a los quebrantados de corazón, proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos (Lucas 4:18-19).
El mensaje de la liberación
El mensaje de Jesús es de liberación. Vino a liberar a los oprimidos y a curar a los enfermos. Jesús es el médico divino que cura las enfermedades del cuerpo y del alma. Él es la realización de profecías del Antiguo Testamento, como la curación del leproso Naamán por Elías y la del general sirio por Eliseo.
Oposición y aceptación
Sin embargo, el mensaje de Jesús no fue bien recibido por todos. Muchos se opusieron a él y lo expulsaron de la ciudad. Se enfurecieron cuando Jesús les recordó que Dios había enviado a su profetas para curar a los gentiles y no sólo a los judíos. No querían aceptar que el mensaje de Jesús era para todos, independientemente de su raza o posición social.
Pero hubo quienes aceptaron el mensaje de Jesús. Simón el pescador y su suegra fueron curados por Jesús. Los demonios fueron expulsados y muchos fueron liberados de la opresión. Jesús fue enviado a proclamar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos. Cumplió su misión con gran poder y autoridad.
En resumen, la misión de Jesús es de liberación y curación. Vino a liberar a los oprimidos y a curar a los enfermos. Su mensaje encontró oposición y aceptación. Pero al final, Jesús cumplió su misión con gran poder y autoridad.